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Docentes productorxs: una experiencia de armado colectivo de materiales educativos

Actualizado: 17 dic 2020

En esta nota compartimos la experiencia de docentes de distintos niveles y áreas del sistema educativo, que conforman el Equipo pedagógico de la lista "La Granate" en UTE.


Sindicato y pedagogía: ¿Asuntos separados?


En el 2019, docentes de distintos niveles y áreas del sistema educativo creamos la Lista Granate dentro de UTE, con el objetivo de recuperar el sindicato mayoritario de CABA. Desde la lista apostamos a prefigurar el sindicato que necesitamos.


Cuando empezamos a diseñar el funcionamiento de La Granate, una de las temáticas básicas que nos propusimos abordar fue la producción y discusión pedagógica, movidxs por una pregunta: ¿cómo asumimos el rol protagónico que como docentes necesitamos tener? Así, si bien todxs les docentes de la lista tomamos lo pedagógico como una dimensión prioritaria, decidimos formar un equipo específico, el "Equipo de Producción Pedagógica", que ya lleva casi un año de trabajo. Al principio varixs no nos conocíamos, y quienes sí veníamos andando juntxs, no habíamos compartido una instancia de discusión pedagógica sistemática. Comenzamos a reunirnos una, dos veces por mes. Intercambiamos, fuimos pensando marcos y posibilidades, poniéndonos objetivos, reflexionando en profundidad. Con el tiempo fuimos creciendo cuantitativa y cualitativamente; en cantidad de personas, en acuerdos y en experiencia.


Partimos de algunas premisas “innegociables”, que podríamos decir que son conclusiones y acuerdos pedagógico-políticos. Son puntos de partida y horizontes de acción:


El espacio desde el cual asumir la tarea y discusión pedagógica es el sindicato. El ámbito sindical, como herramienta y geografía colectiva, supera los recorridos personales y académicos. Según nuestra perspectiva, un sindicato docente debe, por su naturaleza, promover la construcción conjuntade un proyecto educativo integral transformador, moviéndose en el campo de lo urgente pero sin abandonar lo importante. Las tensiones culturales, políticas y económicas, reflejan disputas más amplias entre proyectos que persiguen distintos tipos de sociedad. El sistema educativo, como en todas las épocas, es una arena de disputa. La escuela, como institución, puede colaborar con la reproducción de las relaciones sociales preexistentes o abonar a su transformación, según las propuestas curriculares que se lleven adelante, los modos de tomar decisiones que se promuevan, las formas de relacionarse que se instalen y la concepción que se tenga de lxs sujetxs que aprenden. ¿Cómo es, entonces, el proyecto pedagógico-político que debe construir y promover un sindicato docente? ¿Cómo es esa escuela? Desde nuestro equipo, y desde la lista Granate, sostenemos que debe ser un proyecto problematizador, con escuelas que formen radicalmente en y para la democracia y que aporten herramientas de transformación para lxs sujetxs, instituciones y comunidades. Tiene que tener límites muy claros respecto a la soberanía de cada Nación o pueblo tanto en lo político, como en lo económico y en lo cultural. Debe alojar a las diversas identidades que existimos y creamos, así como promover la reflexión sobre la vida social, la participación, la escucha, la justicia, el placer.


Además de asumir como tarea sindical la participación en la política educativa y en la producción pedagógica, el sindicato docente debe saber comunicar esas discusiones, socializarlas permanentemente, actualizar los intercambios y generar espacios que den real lugar al protagonismo docente. Un sindicato no es una entelequia, es un espacio real conformado por personas y colectivos reales que deben construir su forma de organización y producir saberes, re-prensarlos y profundizarlos.


Lxs docentes construimos conocimiento, no somos reproductorxs y aplicadorxs de recetas elaboradas en escritorios y ministerios, sino productorxs de saberes y de escuela. Como dijimos, el qué y cómo se enseña forma parte del terreno social en el que tenemos mucho que aportar y debemos hacerlo. La docencia debe ser una pieza importante en el diseño y el cambio curricular, a eso apostamos. Es un saber disciplinar y específico, a la vez pedagógico y político-social. ¿Cómo serían las instituciones si quienes las transitamos día a día, desde nuestros espacios gremiales, pudiéramos revisar críticamente sus proyectos? ¿Qué aporte podemos hacer para prefigurar esa práctica desde ahora, para que los espacios de producción sean ocupados, sobre todo, por quienes trabajamos en las instituciones educativas? ¿Cómo generar espacios que crezcan con autonomía de organismos internacionales, editoriales, modas, valores del mercado y exigencias economicistas? Insistimos en el valor pedagógico y político de las prácticas docentes; cada escuela debería ser una comunidad de producción, reflexión y problematización constante, acerca de lo que se enseña, cómo se enseña y para qué se enseña.


La conformación de un Equipo Pedagógico: nuestros primeros pasos


Con el desafío de dar centralidad a la producción pedagógica en espacios sindicales y asumiendo el protagonismo que nos toca como docentes, pusimos manos a la obra. Armamos una comisión con compañerxs que trabajamos en distintas áreas y niveles, y comenzamos a producir propuestas pedagógicas, cada una de ellas con una introducción destinada a lxs colegas en la que se explicita la fundamentación. El contexto de pandemia nos enfrentó a un desafío: hacer un aporte a lxs docentes que, entre planificación, tareas de cuidado y crianza, nos encontrábamos con un trabajo distinto al que hacíamos hasta el momento. En ese sentido, bajo el formato de “Hojas semanales” buscamos elaborar propuestas coherentes y potentes, que nos sirvieran para el trabajo cotidiano. Abordamos contenidos de Matemática, de Prácticas del Lenguaje, de ESI, problematizamos las efemérides tradicionales, armamos propuestas de juegos en la virtualidad.


El Equipo Pedagógico es un espacio abierto dentro de La Granate, que funciona como un grupo de trabajo. Actualmente somos más docentes que al comienzo y esto desafía nuestro funcionamiento interno. Intentamos organizarnos para no sobrecargar a unxs pocxs pero tampoco compartimentar nuestra práctica. En el grupo todxs somos docentes en actividad, con experiencias sobre la producción y planificación construidas en nuestra propia formación inicial docente y en nuestro trabajo diario. No contamos con especialistas académicos en Didáctica o en Currículum. Hay integrantes que actualmente estudian carreras universitarias y postítulos, lo que enriquece las producciones. No hay jerarquías respecto a las trayectorias individuales. La diversidad de recorridos de formación enriquece, no compite. Son dos los éxitos: la producción concreta y la experiencia de trabajo colectivo. El aprendizaje y la formación que otorga estar en un grupo de producción y planificación es real y tangible para quienes estamos en el equipo, es una experiencia profunda y observable. No somos lxs mismxs que cuando entramos.


Si bien hicimos secuencias de distintas áreas, finalmente en la gran mayoría de nuestras producciones abordamos las efemérides y la Educación Sexual Integral. ¿Por qué? Porque ambas incluyen contenidos "urgentes", que deben ser parte de la propuesta escolar.


En cuanto a las efemérides, hay fechas que nos enfrentan a un relato oficial muy consolidado, que no suele tomar en cuenta la experiencia histórica y las voces de los pueblos originarios, de lxs migrantes, de las mujeres y de las disidencias sexuales. Se trata de reconocernos y ubicarnos en nuestro espacio geográfico, histórico y cultural. Es tiempo de re-pensar el mundo, re-pensar las relaciones desde una perspectiva crítica, decolonial y antipatriarcal. No basta con comprender y problematizar el devenir histórico, es necesario aportar como docentes para dejar de reproducir subjetividades y formas culturales que nos reafirman como sociedades imperfectas y subdesarrolladas. A lo largo del tiempo, la escuela ha sido una institución permeable a discursos dominantes y conservadores, que expresan una negación profunda y constante respecto a quiénes somos y dónde estamos, y resultan funcionales al aislamiento del sujeto y su despolitización. En este sentido, necesitamos respetar y ser coherentes con la producción científica y cultural de nuestros pueblos, que ha sido intencionalmente despegada de las instituciones y sobre todo de la escuela.



¿Y con la ESI qué sucede? La necesidad de que la ESI sea trabajada de manera integral en cada espacio educativo es una urgencia. Por un lado, las escuelas de hoy todavía no logramos alojar a las múltiples identidades que las habitamos; la escuela tiene que dejar de ser expulsiva. Por otro lado, lxs estudiantes necesitan tener acceso a información e intercambios respecto a la sexualidad, el placer, los cuidados, la identidad, los derechos, los modos de vincularse. La escuela debe prestarse como espacio en el que sea posible comunicar miedos, preguntas y situaciones que incomodan o violentan. Sin embargo, a lxs docentes nos falta formación respecto del trabajo específico en el área, tanto porque en el profesorado hay un solo cuatrimestre de ESI, como por la falta de oferta de espacios de formación continua. Enseñar ESI implica cruces con la propia experiencia, miedos, construcción de la propia sexualidad, estereotipos que reproducimos. Como consecuencia de la falta de espacios, lxs docentes quedamos solxs con una tarea compleja, que demanda reflexión sobre nuestra propia historia al tiempo que requiere planificación sobre cómo abordar los contenidos de la ESI con lxs estudiantes. También sabemos que cada vez que nos sentamos a planificar una propuesta de ESI, es frecuente encontrarnos con que falta material pensado para las salas y aulas, ni hablar de la virtualidad. Para quienes, frente a esta encrucijada, optaban por relegar su implementación, las planificaciones pensadas por equipos docentes que transitan día a día las aulas puede resultar un aporte, un por dónde.

Lxs docentes contamos con excelentes propuestas que acompañan nuestras planificaciones cotidianas, producidas por especialistas. ¿Por qué sumar nuevas propuestas a las ya existentes? La importancia del trabajo de nuestro equipo, pensamos, es que quienes las hacemos somos docentes de aula, insertxs en el ámbito sindical. Creemos que nuestras planificaciones reflejan las dudas, los límites, las posibilidades que nos encontramos les docentes reales en el día a día de nuestras escuelas. A su vez, transitar esta experiencia colabora con posicionarnos en el lugar de productorxs de conocimiento y pone en valor lo que hacemos y tenemos para decir. Como venimos señalando, buscamos que un sindicato con docentes produciendo, sea una fuente de propuestas pedagógico-políticas validadas socialmente.


En lo instrumental, cada planificación está precedida por un intercambio entre el “grupo grande” del Equipo Pedagógico, donde acordamos algunas líneas, objetivos y fundamentación de lo que nos proponemos hacer. Luego, un grupo más pequeño asume la tarea de escritura y diseño, en función de intereses, conocimiento y tiempo disponible. En todo el proceso de diseño y planificación, lxs responsables hacen consultas particulares, piden que el resto entre al documento virtual (documento en Drive) para “ir viendo” cómo va y proponer modificaciones puntuales, fuentes, aportes. Cuando se considera terminado el material, el grupo a cargo avisa a la totalidad del Equipo, para hacer una revisión final y colectiva. Según el tema o especificidad del material, pedimos la mirada particular de personas de La Granate que no forman en este momento parte del Equipo. Cuando se considera que ha sido revisado, se comienza con la preparación de mensajes y formatos para su publicación y socialización.


Como repetimos una y otra vez en las producciones, apostamos al trabajo crítico y creativo que harán después lxs docentes con las propuestas que ponemos en circulación. Esto es fundamental, porque nuestras propuestas didácticas no suponen docentes aplicadorxs y acríticxs, sino que apuntan a ser observados, revisados, modificados por quienes se interesan y son destinatarixs de lo que producimos. Recibimos muy buena recepción de los materiales y notamos que empiezan a circular y compartirse; nuestra tarea toma cada vez más sentido al ver que las ideas circulan y son ampliadas y mejoradas. Creemos que la puesta en valor del material se debe a que el ámbito docente valora y festeja, por un lado, la producción que viene de colegas, y por otro, que dicha producción sea colectiva.


Nuestros medios de presentación de lo que producimos son las redes sociales. El material también se comparte a todxs lxs integrantes de la Lista Granate, que lo comparten a su vez con docentes cercanxs y grupos telefónicos de escuelas. Paulatinamente el alcance de las propuestas crece porque va circulando entre docentes. Unxs comparten a otrxs. Cuando el material es compartido a un grupo, personas de allí envían a otros grupos de otras escuelas o de otro área o nivel educativo. Personas que no conocemos y seguramente no conoceremos esperan el material, para recorrerlo, modificarlo, discutirlo, valorarlo. En términos de la construcción subjetiva docente, de la valoración de nuestro trabajo, sostenemos que es un aporte potente. Con nuestra práctica, esperamos colaborar a modificar subjetividades y empoderar compañerxs.


Luego de un tiempo de trabajo sistemático, empezamos también a preguntarnos por las excelentes producciones de lxs docentes creadas en la virtualidad, entre otras cosas, las creaciones del mundo audiovisual, “los videítos”, tan llenos de contenido y fundadores de vínculo pedagógico. ¿Dónde estaban? ¿Cómo podíamos socializarlos? Así surgió la idea de armar una videoteca docente, para poner en circulación ideas, habilitar el “copiarse” y darles valor. Los materiales y la videoteca pueden encontrarse en:



Y quien quiera recibir las propuestas pedagógicas del equipo, puede agendar el teléfono 11-3153-4484 y escribirnos.



Un desafío concreto: ¿qué hacemos el 12 de octubre?


El 12 de octubre fue una de las efemérides que seleccionamos porque consideramos como estructural e importante su problematización. Es un tema complejo y existe una bibliografía inabarcable sobre él. Proponer una planificación implicó la necesidad de un intercambio profundo, no en cantidad de horas sino en seriedad. Como Equipo nos presentó un desafío real, con temores y dudas. No todes teníamos la misma información o experiencia previa en el trabajo con esta fecha y las significaciones que la rodean. Por ese motivo, fue sumamente enriquecedor el intercambio con uno de los compañeros del equipo, que es docente y aymara.


Quienes nos hicimos cargo tuvimos que seleccionar posibles aristas para las actividades y la línea general. Había que hacer un recorte y ese era un gran desafío, no todo se podía decir y trabajar. El recorte que hicimos intentó ser fundado teóricamente y respetuoso de la historia. A partir de observar la importancia de la fecha, nos preguntamos: ¿cómo darle centralidad al 12 de octubre e instalar, a la vez, una perspectiva de trabajo transversal en la que no sea solo una fecha, sino que “empape” el resto de los contenidos escolares? Debe ser explícito el trabajo escolar en un momento determinado a la vez que debe influir en cómo concebimos los otros contenidos. Fechas como esta nos enfrentan con discusiones históricas tan profundas que ponen en tela de juicio nuestra concepción colectiva sobre lo que debe enseñar la escuela. ¿Qué sujetxs están allí en los bancos esperando de la escuela algo importante? ¿Para qué enseñamos lo que enseñamos? ¿En qué país y región se ubica la escuela donde trabajamos? ¿Dónde nos ubicamos nosotrxs mismxs, ante una geografía y una cultura que se nos impone como globalizante, “neutral”? ¿Al servicio de qué intereses, se invisibilizan y desmerecen algunas existencias y no otras?


El material que propusimos fue acotado, y sabemos que tenemos que profundizar e incluir otras aristas, así como seguir revisando lo ya escrito. Entendimos la potencia de ese material como una punta de iceberg que señala y muestra lo que hay debajo. En los escritorios y en las mesas de luz, había libros, artículos, imágenes. En las compus teníamos materiales oficiales, más libros, y decenas de pestañas abiertas con videos y sitios. Y sobre todo había (y hay) una fuerza que empuja a desarmar lo impuesto por 500 años.


Unas palabras finales


Entendemos a la escuela como un espacio de disputa, como un terreno donde se ponen en juego intereses dominantes y hegemónicos, pero donde también aparece la capacidad de construcción de alternativas por parte de quienes la habitamos todos los días (les docentes como trabajadorxs de la educación y la comunidad educativa). Desde esta perspectiva y retomando conceptos y prácticas de la educación popular, desde el equipo pedagógico y desde La Granate en general, nos proponemos la construcción de una escuela pública, popular y feminista, en la que estudiantes y docentes seamos protagonistas. Así se enmarca la tarea que nos damos como equipo pedagógico y para cada docente que nos haya leído, la invitación está abierta.


***


Natalia Daniel y Fernando Rey

Docentes que forman parte del Equipo de Producción Pedagógica de la lista Granate en UTE.

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